Y ver el vacío lleno de recuerdos y los recuerdos vacíos.
Y aquello que antes fue vuestro, ahora en un sinsentido,
es un simple muestrario expuesto,
inerte en desangelado olvido.
Soledad de muros.
Camas vacías,
qué impresión sentí al verlas,
imaginé lo vivido en los tiempos de noches oscuras,
eternas, de llanto y desvelo,
de dolor, miedo, desierto y desvarío.
Y me llegan las fotos de vuestro hogar solitario.
Llenas de objetos, de regalos, de recuerdos conocidos.
¡Qué triste! ¡Qué frío!
Y no puedo más que pensar que detrás hay mucha prisa,
¿para qué esperar?
Cuando se trata de sacar partido
hay quienes no se detienen ni siquiera en quitar el contenido.
Que la vida me aleje de aquellos
que por compasión quieren mantenerse al lado.
Te hacen creer que son un chollo
porque estás necesitado,
y nada,
es aquello de: “el muerto al hoyo y el vivo al bollo”.
Te das cuenta de que llega el momento en el que
… La muerte es el menor de todos los males.
Mi recuerdo a los dos con las mejores palabras de Borges:
Como en los sueños
detrás de las altas puertas no hay nada,
ni siquiera el vacío.
Como en los sueños,
detrás del rostro que nos mira no hay nadie.
Anverso sin reverso,
moneda de una sola cara, las cosas.
Esas miserias son los bienes
que el precipitado tiempo nos deja.
Somos nuestra memoria,
somos ese quimérico museo de formas inconstantes,
ese montón de espejos rotos.